EL INTENDENTE PEREYRA Y UN FIN DE AÑO INESPERADO

De mal en peor



Nota de tapa » 01/01/2014

Las viejas películas del Gordo y el Flaco se caracterizaban por un detalle en común: la sucesión y profundización de la desgracia que afectaba a ambos personajes. Así, en una secuencia en la que a uno de ellos se le caía algo, seguramente se iba a golpear la cabeza al tratar de levantarlo, y posteriormente, darle un involuntario golpe a su amigo mientras saltaba tomándose la frente por el dolor, para después ambos, en conjunto, originar un desastre aún mayor.

Algo de esto parece haberle tocado al Intendente Pereyra al menos en la segunda mitad del año. Después de ser el involuntario protagonista de uno de los más punzantes informes del año del programa «Periodismo para Todos», una sucesión de malas noticias acribilló el ego y el poder político del veterano dirigente kirchnerista.

Tanto le pegó el programa de PPT, que dedicó el plenario posterior a la emisión del mismo -y anterior a las Elecciones- a defenderse de los dichos del ciclo de Canal 13, en una actitud que dejó atónitos a decenas de militantes que no entendían si los habían convocado para organizar la campaña o para una clase de periodismo.

«Lanata tiene un problema personal conmigo –repite a gente de su entorno, casi obsesivamente- porque no fue ésta la primera vez que se metió con mi proyecto político». Más allá de su fijación con el periodista, a quien adjudica gran parte de su pérdida de caudal electoral, lo cierto es que para entonces, las desgracias políticas recién empezaban.

Casi sobre el filo de los comicios, y previendo la derrota que se venía – y que anunciaba la encuesta de Mi Ciudad, para nada coincidente con las habituales encuestruchas oficialistas que pululaban en otros medios- Pereyra intentó hacer valer su chapa de «cristinista de la primera hora» para que la lista de Salatino fuera bajada de la lucha por las concejalías de F. Varela, recibiendo la rotunda negativa de los altos mandos, para quienes sumar votos es mucho más importante que cualquier tipo de fidelidad. La consecuencia de este desplante fue asistir, crudamente, a su primer revés electoral en más de 20 años al frente de la Comuna. Nuevo Encuentro dividió los votos locales, y Ottonello se llevó el triunfo y la chapa para pelear por el sillón de 25 de Mayo y Chacabuco en 2015. lo que fue vivido como la suma de todos los males y originó enojos, portazos y destratos aún hacia algunos de sus laderos más obsecuentes, terminando con la remoción de medio gabinete. Los que comparten el día a día de Pereyra, dicen que nunca lo vieron tan ofuscado.

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