A la buena de Dios



Edición Impresa » 01/06/2014

A la buena de Dios y totalmente ignorados por las autoridades comunales. Así viven los vecinos de Villa Hudson, un barrio donde el slogan «Varela Crece» suena no sólo pretencioso sino también, grotesco.

 

Barro, cuadras sin luz, basura acumulada por todas partes, contaminación y chiquitos de no más de dos años de edad que corren de aquí para allá, solos, sin que nadie se preocupe por ellos, es lo que se puede ver sobre la calle Oliden, adonde nos dirigimos para encontrarnos con Blanca López. Ella y un grupo de voluntarios dirigen desde hace cuatro años un comedor infantil que funciona en la Asociación Civil «Familias en Riesgo varelense», en el que están anotados 150 chicos del barrio.

El comedor, ubicado a unos diez metros de la tristemente célebre «Tosquera de Scarpato», funciona sin ayuda oficial de ningún tipo, cinco veces por semana, gracias a la ayuda de comerciantes y trabajadores de F. Varela y otros distritos, como Santos Lugares, San Martín y Morón. Y Blanca, la cocinera, muy buena a decir de los chiquitos presentes en la reunión, prepara la comida en una olla… conectada a una garrafa. Por increíble que parezca, el lugar no tiene conexión de gas, pese a que hay red en la zona.

«Lo único que necesitamos es que un matriculado venga a hacernos la conexión –explica Blanca a Mi Ciudad- y esto se solucionaría». En rigor de verdad, la Asociación también precisa un generador eléctrico, ya que los cortes de energía en el lugar son bastante frecuentes, y los alimentos que deben conservarse en heladeras pierden la cadena de frío. Ambas cosas podrían conseguirse fácilmente, si existiera una voluntad en tal sentido.

Pero aún hay más carencias. Pese a una promesa en tal sentido de los funcionarios, que habían asegurado en su momento que realizarían un «mejorado», el ingreso al comedor sigue siendo un lodazal intransitable. Eso, sumado a la creciente inseguridad, hace que ningún remisero quiera entrar al barrio, sobre todo en horas de la noche. Cómo actuar ante una emergencia es un interrogante sin respuestas, ya que el Centro de Salud del lugar sólo atiende hasta las cinco de la tarde, y con turnos, que los vecinos tienen que conseguir haciendo colas desde las cuatro de la mañana.

Las pocas luminarias del barrio fueron compradas por la gente, que juntó los fondos con un campeonato de fútbol. La basura se quema o simplemente se junta en las esquinas, ya que no tienen servicio de recolección de residuos. Todo esto suma más problemas a un punto de por sí ya conflictivo en el aspecto ambiental de nuestro distrito: la gigantesca tosquera, de la cual se han extraído toneladas de tierra sin control alguno durante años, sigue activa. Con solo pasar por el lugar uno se da cuenta de que hay removimientos de suelo recientes, que dejan a la zona aún más expuesta al peligro de una inundación. De los irregulares métodos de sus explotadores ya nos hemos ocupado en reiteradas ocasiones, al igual que de las nefastas consecuencias que esta actividad produce en nuestro suelo y las trágicas muertes por ahogamiento que se sufrieron en el sitio. Pero a pesar de todo lo conocido, nada parece haber cambiado al respecto.

«Los dueños de la tosquera hacen lo que quieren –dice Blanca- y no podemos impedirlo, porque la gente de Scarpato está con armas. Yo llamo a la Municipalidad, a Medio Ambiente, y ni siquiera me contestan las llamadas».

Enfermedades como asma y otras de origen respiratorio, forúnculos y otras afecciones de la piel, parásitos y distintas dolencias, principalmente en los más pequeños, son cosas de todos los días para esta especie de «kelpers» que la Comuna parece haber declarado «fuera del sistema». «Acá los chiquitos se nos ahogan y se nos enferman –agrega Blanca- y no se ocupan de nosotros porque no militamos en política con ellos».

 

 

 

¿Y la plata?

 

El total abandono de la barriada no parece tener explicación. El 23 de mayo de 2011, en un acto celebrado en la Ciudad de La Plata, el Intendente Pereyra recibió de parte del Gobernador Daniel Scioli un subsidio de 400.000 pesos para hacer obras en Villa Hudson. Ese monto, correspondiente al programa «Soluciones ya», sería destinado a «la construcción de cañerías, desagües domiciliarios, luminarias, nivelación y el arreglo de veredas, entre otras mejoras que permitirán la transformación del barrio mejorando la calidad de vida y la seguridad de sus vecinos», según lo que reproducían los diarios en esa época. Pero las obras jamás se hicieron. Y el barrio no se «transformó» en nada mejor, sino en un lugar cada día más inhabitable y peligroso. Tanto, que Blanca, una mujer de coraje y de trabajo, nos pide que antes de irnos, aclaremos que «cualquier cosa que le pase» por habernos dado esta nota «será responsabilidad del Intendente Pereyra y del señor Scarpato».

Sobre el tema del «mejorado» nunca realizado en la calle, afirma: «el funcionario que se comprometió a conseguirlo fue José Benítez, de Obras y Servicios Públicos de la Comuna»

Hasta aquí, la realidad de un F. Varela que no «crece» para todos. Quienes deseen ayudar al comedor, pueden llamar al 155-926-8833.


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