Volar con los pies en la tierra



Cultura » 13/01/2022

“Desde que tengo uso de razón soy fanático de los aviones, siempre que escuchaba sobrevolar a uno enseguida dirigía la vista hacia el cielo, inclusive hasta el día de hoy lo sigo haciendo”,
comentó Sergio a Mi Ciudad.

Su primer acercamiento con la actividad fue a través del modelismo estático (pequeñas maquetas de plástico), pero él buscaba algo más que solo admirar a esos aviones. “Mi ilusión no era solo tenerlos como un objeto a escala sino también contar con la capacidad, la destreza o la posibilidad de volarlos”, exclamó y agregó: “Aunque, todo eso lleva muchos años de aprendizaje, de elaboración y de programación”.
El aeromodelismo cuenta con dos vertientes, por un lado la técnica de construcción de una nave y por el otro el vuelo de
aeroplanos de pequeño tamaño (aeromodelos) preparados para
volar sin tripulación. “Son aviones que vuelan controlados con un radio control”, explicó y detalló: ”Hay aviones de este estilo que se venden comercialmente, pero en mi caso no, prefiero dedicarme a su elaboración porque me gusta mucho la parte artesanal, también me encargo de los diseños y de su construcción para
luego volarlos”.
Sergio cuenta con cinco aviones, todos creados desde cero y por él mismo, los cuales fueron hechos a modo de homenaje.
“Son modelos emblemáticos, cada uno de su momento, son aviones que participaron en diferentes guerras”, señaló y añadió: “Tengo un Nieuport de la Primera Guerra Mundial, un Zero japonés y un Spitfire de la Segunda Guerra Mundial, un F-8 de la Guerra de Vietnam y un Super Etendard de la Guerra de Malvinas”

(VER NOTA COMPLETA EN LA REVISTA EXTRAORDINARIA DE MI CIUDAD: EN TODOS LOS PUESTOS DE DIARIOS DE VARELA).


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