Ricardo Averasturi sigue viviendo en Olavarría, su ciudad de siempre, la misma desde la cual partió en la década del 80 siendo un jovencito hacia el Sur argentino para cumplir con el servicio militar obligatorio...
Ricardo Averasturi sigue viviendo en Olavarría, su ciudad de siempre, la misma desde la cual partió en la década del 80 siendo un jovencito hacia el Sur argentino para cumplir con el servicio militar obligatorio, sin sospechar que poco tiempo después iba a ser convocado para sumarse a las fuerzas nacionales en la Guerra por las Malvinas.
Ricardo es, para muchos, un «soldado continental», es decir, de los que cumplieron funciones sin llegar a las Islas. Pero él se define de un modo distinto: «no somos continentales, somos simplemente soldados. Somos todos soldados», explica, con la lógica y la autoridad de haber estado poniendo el pecho por la Patria allí donde la Patria se lo demandó.
Hoy, Ricardo tiene 62 años y trabaja en el campo con su esposa, Miriam, y tiene seis hijos. Era conscripto en Esquel cuando estalló el conflicto y se formó el Escuadrón Camacuá, quedando a las órdenes del subteniente Juan Omar Abrahan. Con él dialogó Mi Ciudad para recordarlo.
«Yo estaba haciendo la colimba y no tuve la baja. Llegó Omar Abrahan con dos subtenientes más, y el capitán Anyu. Armaron un escuadrón, el Camacuá, para movilizarse a Malvinas. Estábamos en un galpón y ahí nos llevaban las instrucciones. Dormíamos ahí, en unas bolsas de campaña. Y nos iban a llevar a las islas», relata.
-¿Más o menos cuánto tiempo estuvieron en Esquel?
-Yo estuve 14 meses. Después me dieron la extensión de un mes, un mes y pico, y ya nos movilizaron a Puerto Santa Cruz.
-Cuando te enteraste de que habían tomado las Malvinas vos estabas bajo bandera… ¿Fue de improviso o sabían lo que se venía?
-Sí, yo estaba bajo bandera. Cuando vinieron los oficiales de Buenos Aires para Esquel, entre ellos Omar, me pusieron en el grupo de él. Era un grupo de exploración. De Esquel salimos a Comodoro y de Comodoro fuimos a Puerto Deseado. Todos, en el grupo de Omar éramos 52. El era el jefe de sección. Después estaba el sargento García, y otros que no me acuerdo. Y el resto éramos todos soldados. La toma de las islas nos tomó por sorpresa Porque ahí medio como que no se habla mucho, ¿viste? …Y al soldado no le dicen nada. Al soldado lo cargan y lo llevan.
-¿Cómo era Omar Abrahan?
-Él era un extraño para nosotros cuando llegó, pero con nosotros fue muy bueno. Siempre nos trató bien. Nos hacía hacer salto de rana y cuerpo a tierra para tenernos activos, claro, pero fue buenísimo.
-¿Cómo fue su muerte?
- Yo estuve con él desde que me fui a Comodoro, a Santa Cruz, hasta el último día cuando murió. Los últimos con los que estuvo fuimos nosotros, el Sargento García, otro soldado, Jara, y yo. Serían las 3, las 4 de la tarde… El siempre se preocupaba por todos. Porque estábamos en un islote, donde por el pedregullo no podíamos hacer las «cuevas de zorro»… Él de noche hacía la ronda, iba a ver cómo estábamos. Y al otro día, el último día que lo vimos, él llegó y nos dijo que se iba a una isla chiquita, a hacer una rutina del lugar… Entonces el Sargento García le dice que lo acompañemos los soldados, y él dice, no, que iba solo. Que el jefe de la sección era él. Entonces se fue solo. Y no lo vimos más. Al otro día nos avisan que había desaparecido. Ahí lo empezaron a buscar los helicópteros y no lo podían encontrar. Y después lo encontraron muerto. En esa isla. Solo.