El 2 de agosto se cumpló un año de la tragedia en la que Sebastián Miere, un chico de 20 años, estudiante de la UNAJ, murió al desfondarse el estribo del colectivo de la empresa «San Juan Bautista» en el que viajaba y ser aplastado por sus ruedas.
El 2 de agosto se cumpló un año de la tragedia en la que Sebastián Miere, un chico de 20 años, estudiante de la UNAJ, murió al desfondarse el estribo del colectivo de la empresa «San Juan Bautista» en el que viajaba y ser aplastado por sus ruedas.
Doce meses después, nuestras preguntas siguen siendo las mismas: ¿Por qué la Comuna tolera que una empresa monopólica siga prestando un servicio de forma deficiente, sin cumplir los requisitos del contrato de concesión?
¿Por qué los ómnibus que recorren Florencio Varela se caen a pedazos y no respetan las frecuencias establecidas?
¿Por qué MOQSA es dueña de más del 90 por ciento del transporte local y no se permite que entren otras líneas de colectivos a la ciudad?
¿Quién hizo aprobar la VTV al micro que se desfondó causando la muerte de Sebastián?
¿Por qué hasta el lamentable episodio la Comisión de Transporte del Concejo Deliberante se había reunido una sola vez en el año?
Y como en 2024, decimos: Sebastián Miere no murió por un accidente, sino por la desidia y negligencia de un Municipio ausente.