ENTREVISTA

Julio Alas



Entrevistas » 01/05/2014

 

Julio Alas nació el de 19 julio de 1943 en Asturias, España. Jugó al fútbol en varios clubes, entre ellos, Boca Juniors, donde compartió equipo con glorias como Rattin y Marzolini, y aunque destaca a Pelé, Cruyff, Maradona y Messi, reconoce que si tuviera que elegir ver a alguno de ellos en una cancha, preferiría a un compañero: Angel Clemente Rojas. Es esposo de Norma Bianchi, con quien tuvo tres hijos, Ana Vilma, Ana Lía y Leandro, y tienen cuatro nietos. Llegó a Florencio Varela a los ocho años, y en esta ciudad su padre, que aún vive al igual que su madre, ambos con más de 90 años, tuvo una carnicería en Villa Susana. Con él, dialogamos en la Redacción de Mi Ciudad.

 

-Háblenos de su infancia…

-Éramos cuatro hermanos, dos mujeres y dos varones. Uno de ellos vive actualmente en Miami, la más chica en Quilmes y la otra en el Cruce Varela. Éramos gente de pueblo, como casi todos los que vinieron. Papá se dedicaba a la agricultura. Y vino a Argentina después de la Guerra Civil, donde peleó.

 

-¿En qué ejército combatió su padre?

-En el ejército donde no quería estar, del lado de Franco. Su tendencia era republicana y con 17 años quiso enrolarse en esa fuerza, pero lo metieron preso. Lo salvó el abuelo que era falangista. Fue una época muy dura esa en España, se mataron entre familiares, tal vez fue la guerra civil más sangrienta de la historia.

 

-¿Cuándo vino al país?

-A los 29 años mi padre vino con mi madre y mi hermano más chico, y no quiso volver nunca. Siempre dijo que en España solo tuvo hambre y guerra… A los siete meses llegamos mi hermana mayor, mi abuela y yo. Yo tenía 6 años y no conocía lo que era una pelota. Llegamos a Llavallol, a tres cuadras del colegio Euskal Echea, yo no iba a esa escuela porque era para ricos, pero ahí nos daban catecismo para tomar la comunión. Y como en ese colegio había unos curas muy futboleros, empezamos a jugar a la pelota.

 

-¿De qué trabajaba su padrecuando llegó?

-Entró a trabajar en Alpargatas, de noche, y mi mamá también trabajaba ahí. Tenían chicos, vinimos sin nada, había que trabajar duro…

 

-¿Por qué se mudaron a F. Varela?

-Porque mi papá tenía un amigo que le dijo que había un remate en La Esmeralda, y era una zona linda. A mi viejo le gustó, compró un terreno y empezó a hacer su casa. Yo tenía ocho años.

 

-¿A qué jugaba?

-A las figuritas, a las bolitas… No me gustaba la gomera ni ninguna de esas cosas. A la bolita jugaba al hoyo y quema. Y no recuerdo que me hayan ganado. Yo me levantaba temprano, cuando mi papá todavía no había llegado, porque seguía trabajando en Alpargatas, y me escapaba a la Estación, donde está la calesita. Ahí había una canchita de bolita, donde le jugaba a los lustrabotas, a los diarieros y los carameleros, les ganaba las bolitas y se las vendía… se las volvía a ganar y se las volvía a vender… y volvía a casa con cinco o seis pesos y se los daba a mi abuela… Un día me agarró mi viejo y me quería matar…

 

-Cuéntenos sobre su abuela…

-La abuela murió en 1982, a los 87 años… Era el ama de casa, una mujer preciosa, alta, de ojos celestes, y fue la que nos crió, más que mamá. Era analfabeta, pero muy inteligente. Con los años, con la vida, uno se da cuenta de que nadie te va a hacer inteligente si no lo sos… Ser educado o memorioso es otra cosa. Mi abuela no había ido al colegio porque antiguamente se creía que la mujer no lo necesitaba, había mucha ignorancia y se pensaba que era suficiente con que el hombre supiera leer y escribir… Pero ella nos enseñó todo… Era muy «vivida»… Estaba todo el día con nosotros. Por eso le teníamos un cariño enorme. Para mí era todo…

 

-¿A qué escuela fue?

-Fui a la Escuela 11. Mis compañeros eran Eduardo Moreno, Néstor Guimerá, Freddy Calvi, Alfredo Blanco…

 

-¿Y quienes fueron sus primeros amigos del barrio?

-Los hermanos Guzzetti.

 

-¿Cómo se inició en el mundo del fútbol?

-Yo jugaba en Villa Susana, los campeonatos de pibes… Un hombre, que era suegro de Cuqui, de Los Angelitos, me llevó a Racing cuando tenía 12 años… y jugábamos los quince minutos antes del partido de primera y los quince de descanso. Una vez me quisieron hacer jugar de wing, porque tenían que poner al hijo de no sé quien de «nueve», y le dije que de wing no jugaba y me vine… y no volví más… Entonces el famoso «Gordo» Díaz me llevó a Arsenal. Ahí me pusieron de «seis» porque decían que era petiso para jugar adelante. El seis en esa época era un volante por izquierda, no un seis de los de ahora, que juegan en la cueva, sino un jugador de ida y vuelta. Después me prestaron a River en 1961 y jugué todo el torneo, saliendo campeones invictos en la quinta división. Pero después Díaz nos llevó a varios a Boca, donde entré a la cuarta división. Ahí jugué de dos, de cinco, de nueve… Y pasé a Tercera. En esos tiempos llegar a la Primera no era fácil, porque los mismos jugadores estaban varios años. Cuando fui a entrenar por primera vez a Boca llegué con los botines envueltos en un diario. No tenía ni bolso… Un día el brasileño que jugaba en mi puesto me dejó el lugar, entré y no salí más. En el mismo año jugué en Tercera, Reserva y debuté en Primera, en un amistoso contra el Stocke City de Inglaterra.

 

-¿Quiénes integraban aquel Boca Juniors?

-Roma, Marzolini, Rojitas, Orlando, Rattin, Valentim, Silvero, Simeone…

.En Boca jugó entre 1962 y 1967. ¿Después se fue a Estados Unidos?

-Sí, pasé a jugar en The Generals, de Nueva York. Querían al Muñeco Madurga y no quiso ir. De cobrar 70.000 pesos, pasaba a 500.000 pero quería quedarse. Le dije «voy yo»…Alberto J. Armando no quería venderme, pero lo convencí y fui. Ahí me eligieron dos veces el mejor jugador de la Liga. Estuvimos dos años y la Liga se disolvió…

 

-¿Menotti jugaba con usted?

-Sí. El Flaco estuvo dos años conmigo en Boca, y otros dos en Estados Unidos. Volví al país. Acá me quería Gimnasia y estuve cerca de ir a Rosario Central, pero como tenían un problema con Menotti y él me había llevado, al final no me quisieron. Cuando el Flaco se enteró, los quería ir a pelear. Y me hizo firmar en Newell´s. Ahí jugué un año. Después pasé a Huracán, con Babington, Brindisi, el Bambino Veira… Y de Huracán fui al Toluca de México, donde jugué la final, en el Estadio Azteca, con 114.000 personas, que perdimos con el América… Pasé al Atlético Español, de Necaxa, y después, al Jalisco de Guadalajara, donde me rompí un menisco y no jugué más. Cuando volví me llamaron de Quilmes, de Deportivo Roca… Pero no seguí. Era 1974.

 

-¿Tiene alguna anécdota de sus tiempos de futbolista?

-Un día después de un partido River-Huracán, en el que fui figura, me invitaron a un programa de televisión y no fui porque me quedé en el café, con mis amigos… Era medio vago. Pero no vago de tomar, sino de juntarme en el café… Y otra: una vez jugamos contra el Santos, en Estados Unidos, que vino completo, con Pelé, y le ganamos 5 a 3. El entrenador de The Generals, el inglés Frank Wood Bridges, había puesto los imanes con la táctica en un pizarrón para dar la charla y cuando se fue a hablar con la prensa, con el Flaco Menotti le pusimos todas las fichitas en la línea del arco. Cuando volvió empezó a las puteadas…

 

 

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