DEPORTES

Lucia Ruiz, entre los guantes, la docencia y la familia



Deportes » 01/09/2021

Entre guantes, la familia y la docencia, Lucia de los Angeles Ruiz, una boxeadora varelense de 31 años, busca superarse día a día. Con metas bien claras, espera llegar lejos en el mundo del box, para así poder hacerle frente a las adversidades.
Esforzada, perseverante y luchadora, son algunas palabras que la definen. Desde su adolescencia se inclinó por el mundo de los guantes. «Empecé a entrenar porque quería aprender a pelear y saber cómo defenderme, porque nunca me callaba y eso me podía traer problemas», comentó Ruiz a Mi Ciudad y añadió: «En 2006 comencé en un pequeño gimnasio local al que iba tres veces por semana y rápidamente mi entrenador me hizo guantear».
Cuando Lucía comenzó a dar los primeros pasos en este deporte, a los 16 años, supo que nada iba a ser fácil, puesto que al ingresar al lugar notó que era la única mujer que lo practicaba. «Era la única chica en mí gimnasio y al cabo de dos semanas de entrenamiento me llevaron a guantear a otro gimnasio donde había mujeres», dijo y agregó: «Allí me tocó guantear con dos chicas que eran un poco más grandes, como por 10 kilos, pero la diferencia de los golpes no se notaban porque estaba acostumbrada a entrenar con varones».
Al cabo de un año de entrenamiento quedó embarazada de su primer hijo, lo que significó tener que alejarse del deporte y centrarse en su familia y estudios. «En aquel momento estaba en el último año del polimodal, luego me anoté en el profesorado de biología, en ese lapso de tiempo nació mi hijo», dijo la boxeadora. Al poco tiempo decidió volver a entrenar. Fue ahí cuando se dio cuenta de que estaba nuevamente embarazada. «Un día quise comenzar a entrenar en mi casa, salté dos días la soga y sentí que algo pateaba, era mi segundo hijo, estaba embarazada de cuatro meses y no me había dado cuenta, por lo que tuve que desistir del entrenamiento», exclamó.
Luego de pasar tres años lejos del deporte, volvió. «Decidí volver a entrenar, lo bueno es que al lado del Instituto Superior de Formación Docente N º54, donde estudiaba, está el Club Zeballos. Ahí ejercitaba de manera esporádica y recreativa», comentó Lucia. En ese lugar vivió por primera vez las desigualdades que había hacia las mujeres que allí entrenaban. «El técnico no nos prestaba atención, no nos ayudaba en nada, ni siquiera nos permitía colgar las bolsas para los entrenamientos», aseguró.

Al cabo de un tiempo, con varias peleas informales detrás, en 2011 y gracias a Francisco Orellana (con quien hizo algunas exhibiciones) consiguió su licencia amateur. «En 2012 y de la mano de Carlos Roldán, en el Club Varela Junior, hice mis primeras peleas con licencia amateur, algunas ganadas, perdidas y hasta empates», recordó con cariño Lucia y añadió: «A Carlos lo quería mucho, fue como un padre».
Para 2014, empezó a entrenar en Solano con Osvaldo Falcón, donde los entrenamientos tenían carácter competitivo, si bien, no compitió ya que estaba estudiando una tecnicatura en farmacia, la cual no le permitía entrenar a diario. «En 2015 abandoné esa carrera para poder pelear», expuso y añadió:» En agosto de ese año me enfrenté a Celeste Alanís por el cinturón de la Liga Metropolitana en los 48 kgs. que estaba vacante, salí con las manos en alto y en noviembre me hicieron defender con ella nuevamente, porque los organizadores querían que ella sea la campeona, así y todo nuevamente salí vencedora».
En ese mismo año, ya siendo campeona, se enfrentó a Jennifer Meza, en lo que considera su mejor combate, ya que ese día había discutido con su marido y al llegar al lugar, lo único que quería era subir al ring a pelear: «Esa noche lo único que tenía en la cabeza era pelear, quería sacarme toda la bronca que tenía guardada por la discusión. Los dos primeros rounds salí a tirar muchas piñas, las cuales lastimaron a mí rival. Ya en el último round mí entrenador me dijo que veníamos ganando y que ellos lo sabían, que por ese motivo ella me iba a venir a buscar con toda la furia».
En 2016 hizo la segunda defensa del cinturón contra Belén Berríos, ganando por descalificación de su oponente, que le rompió la nariz de un cabezazo. Al poco tiempo tuvo su última pelea amateur, la más recordada por Ruiz; ya que en aquel encuentro dejó el cinturón vacante y pasó a ser profesional. «Fue una pelea épica, porque en el primer round me resbalé y mi rodilla tocó la lona y el árbitro lo interpretó como que me habían golpeado y empezó a contar, ya tenía dos puntos menos y tuve que levantar una pelea que venía abajo por eso, entonces en los otros rounds, sobre todo en el tercero y el cuarto, comencé a tirar muchas piñas, así la pelea terminó en empate», comentó.
Muchos de sus logros se los debe también a quienes la acompañan día a día, como su sponsor, la Unión de Docentes de la Provincia de Buenos Aires (UDOCBA), con la cual está muy agradecida.
En abril de 2017, debutó como profesional en el Centro de Héroes de Malvinas, contra la uruguaya María Escoto, en su primer combate en el distrito, que ganó de forma unánime frente a las 400 personas que fueron a apoyarla. Su segunda pelea profesional la realizó en agosto del mismo año, con triunfo ante Romina Gorosito en el Club Nahuel.
Para fines de ese año, perdió contra Victoria Moreyra. «Apenas terminó la pelea lloré, porque sabía que había hecho las cosas mal, no me salió nada de lo trabajado en el gimnasio, ahí entra en juego la frustración personal sentí que me fallé a mí, a mí gente y no quise volver a organizar nada», comentó Ruiz.

Al año siguiente volvió a pelear en Varela, en un festival organizado por Saucedo Box, perdiendo contra Aixa Adema, quien venía invicta. A fines de 2019, Lucia volvió a entrenar luego de haber tenido a su hija, en febrero de ese mismo año. «Me costó mucho el entrenamiento después del embarazo, me lesioné por todo el esfuerzo físico que venía haciendo, por lo que tuve que hacer Kinesiología, porque si no, no podía pelear ya que no podía ni mover el brazo derecho», comentó. Allí cayó injustamente contra Agustina Rojas.
En cuanto a su última pelea contra Débora Anahí López, asegura que su contrincante ganó porque es más veloz en sus movimientos y golpes.
Lucia busca demostrar que siempre puede más, sabiendo que debe esforzarse el doble para conseguirlo. Pretende que todos estos años de formación y de sacrificio no hayan sido en vano. Que todo el tiempo invertido, cada ausencia en cumpleaños, reuniones, salidas y momentos en familia, estén justificados por perseguir sus sueños.


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