Por Federico Ahrtz.
Las recientes inundaciones en Florencio Varela han puesto en evidencia una realidad que, aunque latente, ha sido históricamente ignorada: la vulnerabilidad de los arroyos de la cuenca San Francisco.
Las recientes inundaciones en Florencio Varela han puesto en evidencia una realidad que, aunque latente, ha sido históricamente ignorada: la vulnerabilidad de los arroyos de la cuenca San Francisco. En la localidad de Gobernador Monteverde, la falta de obras de mitigación y la ausencia de una planificación urbana adecuada han convertido a este curso de agua en un símbolo de la desidia estatal y la urgencia de una intervención integral.
La cuenca del arroyo San Francisco, que forma parte del sistema hídrico de la provincia de Buenos Aires, ha sido objeto de estudios por parte del CONICET y la Secretaría Hídrica provincial. Sin embargo, los informes técnicos y las advertencias de especialistas no han sido suficientes para impulsar las obras necesarias que eviten los anegamientos recurrentes o estrategias de mitigación.
Según datos oficiales, el arroyo San Francisco tiene una longitud de 14 kilómetros y atraviesa una zona de relieve bajo, con altitudes que varían entre 5 y 50 metros sobre el nivel del mar. La escasa pendiente, que no supera el 2%, lo convierte en un área propensa a inundaciones, especialmente en épocas de lluvias intensas. La expansión urbana descontrolada ha agravado esta situación, reduciendo la capacidad de absorción del suelo y aumentando el riesgo de desbordes.