Me levanté con la peor resaca después de la sobredosis de información del coronavirus que leí en los últimos días acá en Holanda. Es el primer día con dos dígitos de temperatura y sol del año. Entiendo que no hay nada de lo que pueda decir que resulte de actual relevancia. Esto no fue jamás sobre ciencia, no es para eso. Me parece interesante repensar la idiosincracia de los países respecto a las medidas que se tomaron. Acá por ejemplo, pasamos por una etapa de egoísmo extremo, luego de reflexión y acercamiento a la materia para empezar a repensarnos.
Al principio los holandeses compartían memes como el resto del mundo, se reían de lo poco afectivos que son y creían que el virus no iba a llegar nunca porque no se saludan cuando llegan ni se despiden cuando se van. Los holandeses son descreídos, no van al médico por nada a menos que el...
Por Nahir Haber
Los nombres por si mismos no dicen nada más que el deseo de lo que tus adquisidores padres decidieron como tu título. En todo el resto del mundo la identidad la construís vos. Sin embargo, en Florencio Varela nos identificamos por ascendencia y descendencia. Nunca nos podemos separar como unidad de sentido de donde venimos.
Por ejemplo, Jorge era el hermano de Carlos en la escuela (que era más estudioso y llamaba mas la atención), luego pasó a ser el hijo del del Dadito, luego era el hijo de Olga hasta que se reprodujo y empezó a ser padre de.
La identidad es lo menos propio que tenemos en Varela porque es definida por los otros.
Y mientras escribo esto, me aparecen los nombres de aquellas personas (a las que no creo que les guste ser nombradas) y que han luchado por el estigma de ser hijo/a de, porque su familia es de tal o de cual manera y ellos/as sienten distinto. Y no hay nada de malo en eso.
Cuando ten&iac...
Por Nahir Haber
La abstracción que uno genera a partir de vivir en otro lugar diferente al que se crió, desnaturaliza lo que uno da por sentado y significa como genuino. La gente en la calle camina distinto. Las personas de la tercera edad no siempre se interesan en la vida del otro como si fuese la única novedad mientras barren la vereda. Los adultos no siempre discuten en voz alta a las puteadas y los niños, bueno, los niños son niños en todos lados. Sin embargo, esto no significa que el juicio de valor esté puesto en otro lado. Ni tampoco quita que la gente no se enoje o más bien se «caliente». La única y absoluta diferencia es el gesto. Lo que cambia es que acá no hay montoncito. La gente no entiende los montoncitos. A pesar de que todos saben lo que es, no es propio producirlo.
El otro día estaba en el gimnasio, y como siempre es más placentero observar a otros que a uno mismo, fui có...
Por Nahir Haber
Una compañera de trabajo hace un mes me preguntó cómo son las fiestas en verano, le daba curiosidad saber qué siente la gente que no siente frío.
Siempre me pareció que las fiestas en verano no tienen sentido, le dije. Comemos frutas secas, harinas duras y adornamos un árbol con nieve de mentira que se derrite en el aire. Con Lucas nos tirábamos en el piso (el lugar más fresco de la casa) a mirar el «cine shampoo» de películas navideñas filmadas, producidas y recaudadas con capital extranjero comiendo garrapiñadas de José, de Monteagudo. Y aún así sentíamos que ¨Mi pobre angelito¨ nos hablaba a nosotros. Y como consecuencia, podemos estar una semana para recuperarnos de la ingesta de colesterol intensiva.
Y todo es fantástico porque el fin del ciclo escolar coincide con el fin del año y uno termina liviano. Hasta que te entera...
Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
«Puta de mierda» le dije a Lili con mímica mientras bailaba con Jorge. Lili era una amiga de mis padres, una más de un grupo grande de amigos en el que hablaban de sexo, tomaban vino y comían asado. No tenía ni 8 años cuando lo hice. Lili me veía con su oreja apoyada en el hombro de Jorge mientras Jorge, miraba para el otro lado.
Jorge me cortó el pelo como Carlitos Balá cuando se enteró, porque así me castigaba.
Siempre pensé que esa era una marca del Edipo, pero creo que es más una marca del machismo.
Nací en los ´90, la década que desenmascaró a la inocencia y en el caso de Argentina, la década que desenmascaró los excesos desde todos los puntos de vista. Nos criamos con Lucas hipnotizados con juegos de aventura en la PlayStation, mientras él era maricón por llorar si no se pegaban los modelos de madera balsa o me...
Por Nahir Haber