Por Alejandro César Suárez | @alecesarsuarez
Vicky Parra es una exitosa empresaria varelense que combina optimismo, determinación, responsabilidad y una contracción al trabajo que heredó de sus padres, el inolvidable Julio Parra e Isabel Sommer, pilares de un tradicional emprendimiento de la zona rural de nuestra ciudad.
Vicky Parra es una exitosa empresaria varelense que combina optimismo, determinación, responsabilidad y una contracción al trabajo que heredó de sus padres, el inolvidable Julio Parra e Isabel Sommer, pilares de un tradicional emprendimiento de la zona rural de nuestra ciudad.
En los últimos días, La Petite Maison, la empresa que Vicky creó con un capital inicial de 3000 pesos, estuvo en boca de todos, porque las mediáticamente enfrentadas Wanda Nara y «China» Suárez querían una de sus «casitas infantiles» para sus respectivas hijas.
La firma, que ya lleva entregadas más de cuarenta casitas, incluídas las de Mirko, el popular hijo del conductor Marley, y Matilda, la hijita de Luciana Salazar, recibe pedidos desde diversos lugares del país y hasta tuvo entre sus clientes a María Sol, la hermana de Leo Messi, que adquirió una para su ahijada.
«No soy arquitecta ni decoradora, pero creo que soy muy buena vendedora, y me gusta mucho lo que hago», dice Vicky a Mi Ciudad.
Su incursión en el mundo de la construcción y el diseño fue con la confección de «jardines verticales». «Había hecho uno solo, de 6 metros cuadrados y me llamaron del Centro Cultural Recoleta para hacer uno de 164 metros cuadrados. Se necesitaban 4600 plantas de más de 20 especies distintas, que teníamos que entregar en 10 días. El tema no era plantarlas, sino que vivan. Era un 10 de diciembre. No teníamos ni empleados, ni herramientas. Pero el tren pasa una sola vez. Y lo hicimos. Con un sistema que inyecta el fertilizante y riega y una alarma que te avisa. Todavía está, hace cuatro años, y es uno de los más grandes de la ciudad. Ahora tenemos a cargo su mantenimiento», nos cuenta.
-¿Cómo empezaste con los jardines?
-Quería hacer uno en mi casa y empecé a investigar. Después me armé una página y empecé a subir imágenes de referencias de jardines que yo podría hacer. Buenas imágenes, porque no es lo mismo subir una foto de una copa que la de una copa en un hotel bueno, con un lindo entorno. Yo no ponía que era mío, sino que decía que yo podía hacer uno de esos. Con un ingeniero en Hidroponía, le hicimos uno a Marcelo Salomone, ex cuñado de Tinelli.
-Y después llegó la idea de las casitas…
-Buscando en la red descubrí que en otros países había casitas más elaboradas que las de acá. Y yo dije: qué lindo, esto lo quiero hacer yo. Me re veía con el tema, más teniendo nenas (es madre de dos hijas). La casita infantil siempre va a gustar. Mi idea era hacer casitas con cortinitas, moñitos… Empecé de la misma forma, mostrando fotos referenciales de casitas de otros países. Trabajo con Jorge Mercado, que es el carpintero de mi familia hace 20 años… Empezamos con 3000 pesos de inversión inicial y con el 50 por ciento de adelanto empezamos a cubrir los costos.
Claro que no todo fue sencillo. En estos años, se repuso a una estafa y una socia quedó en el camino porque no soportaba las presiones que el emprendimiento significaba.
«Al principio había problemas, las primeras casitas filtraban y entraba agua… Y busqué la manera de utilizar un sistema de construcción diferente de todos los existentes. Hicimos un sistema de construcción en seco, con placas hidrófugas. Del lado de afuera tenían revestimiento plástico, y por dentro, las empapelábamos», explica.
-¿Cómo son en su interior?
-Tienen cocinita, mesa, sillas… Y después les fui poniendo más prestaciones. Hoy son casitas infantiles de patio, pero también mini mansiones de lujo. Porque tienen sistema constructivo en seco, aberturas de aluminio, que hace Gastón Stagliano, están empapeladas de un modo personalizado, tienen lámparas forjadas, luz, muebles laqueados, bachas de acero Johnson, porcelanato líquido, y todo lo diseño yo. Tienen dos metros de alto, por eso cuando los chicos crecen se pueden transformar en un playroom. Inclusive entregué casitas con juegos de té de porcelana con el borde pintado en oro.
-Tendrás muchas anécdotas…
-Varias. Una vez una mujer que tuvo 13 inseminaciones, que pudo ser madre con alquiler de vientre a los 53 años, millonaria, le quiso hacer la casa a su hija, con aire acondicionado. Ahora todas quieren aire, y televisión y también domótica, un sistema, con un domo que gira 360 grados, por el que uno puede ver a los nenes en tiempo real, y hablar con ellos. Otra mamá estaba muy apurada porque tenía cáncer terminal y había abandonado el tratamiento, y quería pasar los últimos días con la nena… Te cuento y me emociono. Lo que yo le di era mucho para ella. La nena no tenía papá, se la iba a cuidar la hermana. Ella sabía que se iba a morir pero quería disfrutar viendo la carita de su hija… Hay muchas historias de vida detrás de los pedidos. En abril nos vamos a San Martín de los Andes porque una mujer quiere una casita con aire acondicionado, televisión y todo… Para su caballo, que es un Falabella, un caballo muy chiquito. Quiere que viva ahí, así que le vamos a poner lo necesario, y vamos a ir allá a armársela. Como no lo quiere meter a su casa, quiere tener un lugar para compartir con él. Va a ser un establo top.
Pero esto no es todo. Junto a su socia Natalia Tagliacozzo, Vicky también puso en marcha un sistema de ambientación de habitaciones y un proyecto que se llama Madelón, Maison de Muñecas, a través del cual crearon una muñeca de tela, súper ABC 1, que incluye un proyecto en Colombia para hacer una serie de televisión. Uno de estos cuartos especiales para niñas puede encontrarse en el Hotel Hilton, de la ciudad de Buenos Aires.
«El Hilton nos llamó para equipar una habitación. Ellos tenían el cuarto de Barbie y la marca se retiró del país. Les hicimos nuestra propuesta. Montamos la habitación y cada vez que la usan nos tienen que pagar un 10 por ciento de regalías. Ahora estamos pensando en una habitación de PlayStation para pre adolescentes y otra de Rainforest», amplía Vicky.
Con el apoyo y el amor de su pareja, Maxi Diana, y de sus hijas, Lourdes y Oli, Vicky sigue proyectando sueños, y anhela «Que esto siga muchos años… Porque me gusta mucho», aunque, franca y transparente, no oculta su única pena: «me hubiera gustado que mi papá pudiera ver todo esto».
Pero puede quedarse tranquila. Seguramente, desde algún sitio, don Julio lo estará viendo, y disfrutando.