VARELENSES POR EL MUNDO

Jorge Alemán en Tenerife, España.



Entrevistas » 13/01/2022

Hace 20 años que Jorge Alemán reside en España, más precisamente en la hermosa isla de Tenerife, donde, con el nombre artístico de Jorge Martín, se gana la vida haciendo lo que más le gusta: cantar.

Desde la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, con un otoño e invierno de 18 a 22 grados como frío, y una primavera y verano de 30 a 38 grados, Jorge resalta las bellezas de su nueva tierra, donde está el pico más alto de la península ibérica: el volcán de Teide, de 3718 metros, cuya última erupción fue en 1909.
Allá vive cerca de sus hijos, Gerónimo, a cargo de una empresa de pladur, Yisela, personal trainer y campeona de Master Fitness, y el pequeño Kevin, y sus nietos, Máximo, Romeo y Sashita. Protagonista de la Movida varelense en los 90, con varios boliches, pero sobre todo con el emblemático Center Concert, que funcionaba en un primer piso de la calle Boccuzzi, entre Avenida San Martín y España, Jorge sigue ligado al mundo del espectáculo y le contó a Mi Ciudad algo de su vida.
-¿Por qué te fuiste del país?
-Me fui porque me cansaron las promesas, los políticos de
turno, los 31 de diciembre levantando las copas pidiendo las mismas cosas que nunca llegaban…Pasaron varias cosas.
En el Banco me robaron los ahorros, tuve un accidente automovilístico…
-¿Cómo fue eso?
-Iba con mi amigo Roberto Salinas y me agarró el tren en un paso nivel de Quilmes. Yo tenía un 0 Kilómetro y quedó destrozado, pero a nosotros no nos pasó nada. La barrera estaba alta porque la fotocélula no funcionaba, el semáforo tampoco, y la campanilla no andaba porque los vecinos habían cortado el cable porque no los dejaba dormir. Le hice un juicio al Ferrocarril, que todavía sigue. Me harté de todo. Me desgastó la burocracia,
los abogados… Dije “me voy de este país, para qué voy a seguir
luchando”. El seguro no me pagó nada porque dijo que fue negligencia mía… Yo les dije la verdad, que pasé detrás de otro auto… Me cansé.
-¿Y por qué elegiste España?
-Yo ya había viajado. Una vez fui a ver al Tenerife, que jugaba con el Hércules de Alicante, donde atajaba Marcelo Ojeda,
el arquero de Defensa y de Lanús, y lo fui a ver al Hotel. Estaba en Alicante y me fui para Tenerife. Cuando decidí irme Marcelo me dijo venite para acá que montamos algo… Y montamos una discoteca. Era el año 2001. Así que liquidé cosas que tenía de música, guitarras, equipos, cosas que valían 130.000 dólares, y me dieron 17.000… Los agarré y me fui.
Dije o me voy a Alicante a trabajar de pintor o a Tenerife a poner algo con Marcelo, y me vine para acá con Stella, que era mi pareja en ese entonces, y mis hijos Gerónimo y Yisela.
-¿Qué tal anduvo ese emprendimiento?
-Tuvimos la discoteca por un tiempo. Yo tenía la experiencia de Center, La Máscara y Cuba Libre… Y a él también le gustaba “el circo”. Compramos un local que se llamaba El Tropicoco, que era de merengue y salsa, de un señor que se llamaba Arturo, y lo convertimos en un pub disco, con show y música y algo que se usaba mucho en esa época: strippers… También hacíamos el baile de la minifalda, concursos de baile de salsa, o el baile del tornillo…
-¿Baile del tornillo? Ese no lo conozco…
-Les dábamos un tornillo a cada chico y una tuerca a cada chica y tenían que buscar que enrosquen y si se encontraban los dos que coincidían, les regalábamos 1000 euros a cada uno. No embocaban nunca pero era una forma de comunicarse…
Después Marcelo se volvió a Argentina. Ahí yo empecé a hacer música.
-¿Cómo fue ese comienzo?
-En una fiesta que duraba todo el fin de semana, en una cabaña arriba de la montaña, con todo el jet set de Tenerife…
Hicieron una media res completa… Un uruguayo me presentó
a un amigo, Mauro, que hizo el asado, y fui a cantar. No cobré nada, pero empecé a hacerme conocido. Yo me había llevado de Argentina seis cajas de sonido, algo que hoy no sé si se podría hacer… Tenía un sonido de la puta madre.
Empezaron a llamarme de todos lados, de empresas, de fiestas… Y cantaba de todo, cosas argentinas, melódicas, pop… Ahí pude trabajar y ganar mucho dinero. No es que yo era Julio Iglesias, sino que era el forastero, la novedad, como si un andaluz llegara a Varela… y lo aproveché.

(VER NOTA COMPLETA EN LA REVISTA EXTRAORDINARIA DE MI CIUDAD: EN TODOS LOS PUESTOS DE DIARIOS DE VARELA).


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